En el nicho de las energías renovables ha encontrado su espacio la empresa ourensana Solgaleo. Creada en el año 2018, se encuentra en plena fase de crecimiento con tres líneas de trabajo diferenciadas y que abarcan desde el simple suministro energético a empresas y particulares hasta el autoconsumo. Una tercera vía de negocio tiene que ver con la gestión de residuos y los equipos de contenerización.
Su apuesta para diferenciarse en el mercado pasa por un servicio integral. El primer paso es el del suministro eléctrico. La firma no es comercializadora, pero cuenta con un socio con lo que trabaja en exclusiva. Se trata de la empresa Gesternova Energía. Actualmente cuentan con 600 clientes que reciben el suministro a través de su oferta. Entre sus clientes se encuentran la Diócesis de Ourense, que ha dado un paso más allá llegando al apartado de autoconsumo con la instalación de paneles solares en parte de sus edificios, o bodegas como Pazo de Rubianes.
El siguiente escalón en su oferta de negocio tiene que ver con el autoconsumo y la apuesta por las energías renovables, desde el consumo fotovoltaico hasta la geotermia. En este campo, la firma se encuentra en una fase de inversión y de ampliación de equipo profesional. «Estamos con proyectos genuinos con granjas, bodegas, particulares y también cada vez más en pymes», resume Germán Rodríguez-Saá, presidente de Solgaleo.
¿Qué beneficios logra una empresa apostando por el autoconsumo? Desde Solgaleo ponen un ejemplo práctico de una instalación que acaban de poner en marcha en una empresa del Parque Tecnolóxico de Galicia. Colocaron 32 paneles solares en los tejados de Aukor, automatización y control industrial, lo que supone una potencia instalada de 13,12 kilovatio de pico. El consumo actual anual del cliente es de 35.544 kilovatios por hora al año. Con este proyecto generará el 32% de sus necesidades (11.417 kilovatios por hora al año). Esto supone que amortizará la inversión en 5 años y, a partir de ese momento, ese porcentaje de consumo energético le saldrá gratis con un horizonte temporal de producción garantizado a 25 años.
Fuente: La Voz de Galicia