La gallega PharmaMar pone en marcha el ensayo final de Aplidin con vistas a su venta

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La empresa gallega PharmaMar dio comienzo a la fase III del estudio del Aplidin, el fármaco compuesto de plitidepsina que es empleado actualmente en la batalla contra el mieloma múltiple en Australia y que refleja unos prometedores e ilusionantes resultados en su función antivírica. En esta línea, tal como aparece en el registro de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, la compañía está probando este medicamento en pacientes COVID, con el objetivo de dejar patente tanto su efectividad como su seguridad.

La biotecnológica española puso en marcha dicha evaluación final en el Hospital Universitario Virgen del Rocío, localizado en la ciudad de Sevilla, tras haber logrado el visto favorable de la Aemps. Este análisis, denominado Neptuno, contará con la participación de 609 enfermos repartidos en 12 estados distintos, conforme prevén en un primer momento.

En el ensayo, que pondrá a prueba esta solución extraída de la colonia ascidia Aplidium albicans (conocida como plitidepsina) perteneciente a la familia Polyclinidae y ubicada en aguas profundas de todo el planeta, habrá 130 voluntarios españoles (algo más del 20%) que la multinacional presidida por Jose María Fernández Sousa-Faro pretende conseguir en 18 hospitales de nuestro país. Junto al Virgen del Rocío, también estarán involucrados otros centros como las instalaciones gallegas del Álvaro Cunqueiro (Vigo).

Así las cosas, PharmaMar desarrollará además la última fase del ensayo del Aplidin en naciones como Reino Unido; país donde consiguió su aprobación el pasado mes de febrero. También en Francia, Portugal o Suecia, así como otros de Sudamérica, donde el fármaco español será probado, ya que la empresa pidió una autorización para poder desarrollar dicho estudio a través de un procedimiento voluntario de armonización (VHP).

Con ello, el fármaco de origen gallego, que se sirve de la plitidepsina para bloquear la proteína eEF1A presente en las células humanas y aprovechada por el SARS-CoV-2 para expandirse a las demás, interrumpiendo la misma y dejando al virus sin posibilidad de reproducirse, podría obtener la “aprobación definitiva” que precisa si los ensayos finalizan con éxito. Tras ella, la compañía podría comenzar a comercializar este tratamiento contra el coronavirus en 2022.

Fuente: El Correo Gallego