La industria textil es una de las más contaminantes en todo el mundo por su elevado consumo de agua y, entre otros compuestos, por los colorantes de sus vertidos residuales. El grupo de Procesos de Separación Avanzada, del departamento de Ingeniería Química de la UVigo, trabaja en nuevos procesos que permitan a las empresas recuperar y reutilizar los tintes dentro de los principios de la economía circular. El proyecto, financiado dentro de la convocatoria nacional de Retos de Investigación, busca nuevos disolventes, naturales y baratos, para que sean fáciles de implantar en el sector.
“La mayoría de métodos de limpieza actuales se limitan a retirar o descomponer el colorante, pero no lo aprovechan. La asociación europea de la industria textil plantea la recuperación de las fibras de los tejidos, pero no la de los tintes. Por eso pensamos que podía ser un buen camino por el que tirar, ya que contamos con experiencia en la separación por extracción. Arrancamos el año pasado, aunque estuvimos limitados por la pandemia a la hora de conseguir productos primarios y hemos ido más lentos. Aún así, estamos obteniendo resultados prometedores”, celebra Ángeles Domínguez, directora del grupo e investigadora principal del proyecto junto con Begoña González.
Los disolventes utilizados deben ser insolubles en agua, para no contaminarla. Y a través de un proceso de decantación, los expertos obtienen, por un lado, el agua limpia y, por el otro, el disolvente con el colorante. Es entonces cuando llega el momento más crítico del proceso, ya que el tinte debe ser recuperado de forma que mantenga sus propiedades y pueda seguir siendo útil a la industria textil. Y en todos estos pasos se busca generar la menor cantidad de residuos posible.
“Si conseguimos que un disolvente funcione podremos extrapolar los resultados”, apunta Domínguez. El siguiente paso será incorporar al agua sales minerales y otros compuestos que se añaden a las prendas durante el proceso de tintado para poder acercarse lo más posible desde el laboratorio a los vertidos residuales reales de la industria.
Fuente: Faro de Vigo